Por: Licenciado José de Jesús Aguilar Carrasco
Pues ha
comenzado el mover de fichas anticipado en el tablero del ajedrez político del
escenario nacional. Hace algunos días los líderes de tres fuerzas políticas en
el País anunciaron con bombo y platillo una alianza o mejor dicho un frente
electoral con el que anunciaron anticipadamente victorias históricas que vendrían
a cambiar la situación del país, en efecto el Partido Acción Nacional, o cuando
menos su dirigencia junto a un reducido, menguado y poco eficiente
electoralmente hablando Partido de la Revolución Democrática, junto con el
Partido Movimiento Ciudadano cuya presencia en cargos de elección popular es
francamente efímera cuando menos en la parte centro sureste del país decidieron
impulsar una alianza electoral en pos a la elección presidencial del año 2018.
El entusiasmo era tal que llamaron públicamente al resto de los partidos
políticos a sumarse a esta fuerza para a decir de ellos derrotar al Partido
Revolucionario Institucional en los comicios federales del año entrante, sin
embargo poco les duro el gusto, sobre todo porque le fuerza política con mayor presencia
en el dichoso frente pasa por una de las crisis más importantes en su historia.
En efecto el pasado viernes la panista Margarita Zavala anuncio su renuncia al
partido en el que milito durante décadas y que le permitió a su esposo ocupar
varios cargos de elección popular e incluso ser presidente de México. La
justificación de la decisión de la señora Zavala obedeció a decir de ella, el
no encontrar “piso parejo” e igualdad de circunstancias entre los
contendientes, en específico con la dirigencia cuyos esfuerzos se han
encaminado a posicionar a Ricardo Anaya más allá de lograr la unidad en dicho
partido político.
Y aquí el
análisis del porqué del título de este artículo, y es que es precisamente en el
edificio que se ubica en la calle de Abraham González en el número cuarenta y
ocho, en el llamado Palacio de Cobián donde se tejen las estrategias para
lograr los triunfos electorales, y es que lejos de las descalificaciones y
deméritos que alunas voces hacen al secretario de gobernación, este se ha conducido
durante los cinco años del gobierno federal como el estratega real y efectivo
del gobierno de México no solo en el tema electoral sino en todo lo que tenga
que ver con la política interna del país. La renuncia de Margarita Zavala va
más allá de un desencanto con su propio partido, y es que en todo caso el grupo
fuerte y recio del partido que otrora fuera el real acérrimo del PRI, hoy ve en
este la única forma de subsistir políticamente frente a la amenaza de Morena y
su eterno candidato. Si amable lector, el frente como lo planteó Ricardo Anaya
en el ánimo de negociar su posición como el candidato a la Presidencia de la
República ponía de manifiesto el fin de todo poder de los grupos reales del
Partido Acción Nacional, de aquellos que durante décadas establecieron acciones
ideológicas diametralmente opuestas al partido en el poder, y esto de ninguna
manera podrían permitirlo. En este escenario nada más benéfico para esos grupos
de poder que negociar con quien les garantice su permanencia política en el escenario
nacional, y el joven inexperto Anaya no logro medir la tormenta que venía o
mejor dicho que viene.
A partir de la renuncia de la esposa del
expresidente Calderón vendrán en cascada muchas más y esto no tiene nada que
ver con la coincidencia o con hechos circunstanciales, en la política se dice
que lo que parece es, y la acción y negociación que desde el palacio de Cobián
se ha instruido para lograr el convencimiento de grupos de verdadera
representación en el país, es un hecho. Estos acuerdos tendrán sus frutos el
primero de julio del año que entra, cuando a pesar de muchos el eventual
candidato del PRI se alce con la victoria electoral teniendo como algunos de
sus principales aliados a los propios panistas, a los de cepa, a quienes no
estuvieron con su dirigente y quienes desde luego preferirán darle el voto a
quien también fue secretario de estado con ellos, que al eterno candidato. Y de
esto, del secretario de estado transexenal y eventual candidato a la
presidencia de la república, nos referiremos en nuestra siguiente intervención.
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